Hay una mujer alta, gorda y un poco loca que le pide a su vecina que le lave el pelo; hay una vieja que usa como bastón una pata de mesa victoriana y otra, insomne, que escucha alterada las puteadas del vecino a su hija muda. El patetismo es la condición de posibilidad de la poesía de Gabriela Saccone. Pero sucede algo más. Sucede que a la loca de pelo sucio le canta el corazón, sucede que la renga desea caricias y que la insomne no quiere anestesiarse con somníferos sino comerse la luna. El deseo como condición de quiebre del patetismo, pero también como apertura y enrarecimiento. Los poemas se abren de lo que parecen ser y esto, en lugar de provocar decepción promueve extrañeza y perplejidad, dos notas que también valen para calificar el mundo de Saccone, que la artista traduce con un diccionario tan acotado como original. Segundo premio Concurso Municipal de Poesía Felipe Aldana 2000. Jurado: Concepción Bertone, Raúl García Brarda y Martín Prieto.