Creo que no podría elegir solo 10 discos favoritos, porque son muchos los que me gustan, que me influenciaron y demás. Por lo tanto, voy a armar esta lista con los discos que se me ocurren en este momento —y que me gustan mucho, claro—, pensando en la música que le recomendaría a alguien ahora para que escuche cuando sea.

Por Pablo Giulietti. Creo que no podría elegir solo 10 discos favoritos, porque son muchos los que me gustan, que me influenciaron y demás. Por lo tanto, voy a armar esta lista con los discos que se me ocurren en este momento —y que me gustan mucho, claro—, pensando en la música que le recomendaría a alguien ahora para que escuche cuando sea. 1- Negro Prison Blues and Songs (1974) – Alan Lomax. / Blind Willie Johnson - Dark was the night... Alguna vez leí que a los esclavos africanos, cuando los llevaron para América, los despojaron absolutamente de todo y que lo único que les quedó fue su música y el vudú, su magia. Alan Lomax grabó los cantos de los presos de una cárcel, exclusiva para negros, de Mississippi, mientras trabajaban, tradición que compartían con sus ancestros, básicamente el lamento. En este disco se escuchan las voces increíblemente armonizadas y el sonido de los golpes que marcan el tempo; creo que después de esto prácticamente no se puede escuchar más nada por un rato. *Lamento negro indispensable: “Dark was the night, cold was the ground” (1927), de Blind Willie Johnson. 2- Pink Moon (1972) – Nick Drake. El tercer y último disco de Nick Drake, sin arreglos y sin banda a diferencia de los anteriores, solo con su guitarra —era un guitarrista buenísimo—, lo grabó en dos sesiones de dos horas durante dos noches. Fue como una patada en el pecho cuando lo escuché, me fascinó al instante. Unas canciones bellísimas, melancolía a flor de piel, muy de inverno y muy de noche (o no). Con Thursday Afternoon, de Eno, funciona muy bien para dormir. *A Skin Too Few es un documental muy lindo sobre él. 3- Chopin Nocturnes (1965-67) – Arthur Rubinstein. Los nocturnos de Chopin y la increíble interpretación de Rubinstein. Cuando era chico, mi papá me hizo escuchar este disco y otro de Gnossiennes y Gymnopedies de Erik Satie, fueron una especie de puerta de entrada a la música. De alguna forma, calaron hondo en mí, aún los sigo escuchando con frecuencia. Es uno de mis discos de piano favoritos junto con Solo Monk, de Thelonius Monk, y H’art Songs de Moondog. * Rubinstein tocando “Nocturne Op. 15, No.2 – Larghetto” en 1953. 4- Eureka (1999) – Jim O’ Rourke. Un ídolo. Me gusta todo lo que hizo, lo que hace y lo que va a hacer. Lo descubrí por un soundtrack, el de Love Liza, después como productor, compositor y como músico (los discos de Gastr Del Sol y Loose Fur son unas joyas). Eureka muestra perfectamente las variopintas sensibilidades de O’ Rourke, donde puede que haya algo de Penguin Café Orchestra, John Fahey y Matching Mole, entre mil cosas, obvio. Una sensibilidad exquisita y única, qué capo. *“Something Big” de Burt Bucharach, me gusta más que la versión original. 5- Songs For Drella (1990) – John Cale & Lou Reed. The Velvet Underground & Nico fue un tremendo viaje de ida para mí. Después de los de The Velvet, seguí con los discos de Lou Reed y los de Cale —ambas discografías tienen momentos geniales— hasta encontrarme con esta joya. Cuando muere Andy Warhol, Reed y Cale se juntan, después de no hablarse durante 20 años, para grabar este disco conceptual sobre la vida de Warhol; guitarra, piano, viola y sintetizadores, todo lo necesario para esas canciones. *Después de grabar y tocar el disco un par de veces en vivo dejaron de hablarse, una vez más, hasta la vuelta de Velvet Underground. 6- Oar (1969) – Alexander Skip Spence. No me acuerdo cómo llegué a este disco, lo que sí recuerdo es que en ese momento me movió algo, y cada vez que vuelvo escucharlo me sigue pareciendo buenísimo. Como en The Madcap Laughs, de Syd Barrett (un favorito), en Oar se puede escuchar a alguien que está roto y que está sacando algo de adentro; tanto en la canción “Diana” como en “Dark Glove”, de Barrett, se puede escuchar esa crudeza hermosa y triste que me gusta mucho. Una buena historia para conocer la de Skip Spence y Oar. *Fue el baterista del primer disco de Jefferson Airplane, también hay algunos videos de Moby Grape en vivo. 7- Greatest Hits (1999) – The Legendary Marvin Pontiac. Descubrí este disco, y tenía todo lo que quería escuchar: algo de Tom Waits (el roto de Rain Dogs, no el de Closing Time), arreglos de saxo que me llevaban derecho a Morphine y unas guitarras increíbles (claro, estaba Marc Ribot). Blues denso, acid jazz, mucho afro, todo demasiado bien. *John Lurie, de Lounge Lizards; también el de Stranger Than Paradise, Down By Law (con Waits también) y un par más de películas de Jim Jarmusch. 8- Ritmo Loco (1971) – Oscar Alemán. Entre la colección de vinilos que quedaron de mi abuela estaba este disco, estuvo siempre en mi casa, pero lo descubrí de más grande. Un guitarrista e intérprete realmente asombroso, me acuerdo cómo flasheé con la versión de “Stardust”. Uno de los pocos discos que solo escucho en vinilo, porque no lo tengo en mp3 y porque es una compilación medio rara. *”Oscar Aleman, vida con swing” es un documental muy bueno. 9- Fetch The Bolt Cutters (2020) – Fiona Apple. La percusión por momentos frenética, las composiciones, los arreglos, está todo bien. Creo que Fiona Apple tiene una discografía corta e impecable, solo discos buenos. Fue una bocanada de aire fresco en esos días de incertidumbre y encierro en medio de la cuarentena. De lo mejor que escuché en lo que va del año. *Un buen ejemplo de lo maravillosa que es una percusión bien producida. 10- The Abtomatic Meisterzinger Mambo Chic (2001) – Charlie Megira. Un poco de surf, psychobilly down tempo, mambo y un Elvis con antidepresivos, todo junto en este disco. Un personaje muy singular, Charlie Megira, me gusta mucho como toca, que sea todo tan low fi y la cantidad de eco en la guitarra y la voz. Un viaje placentero por este disco con toda la estética de los 50 y 60 en los 2000. *Hay un documental suyo de 2019 imposible de conseguir, mientras tanto están sus discos.