Juan Manuel Domínguez escribe en Los Inrockuptibles sobre El volcán.

Por Juan Manuel Domínguez. El Volcán ofrece un panorama amplio de la historieta latina, tomando como punto de partida la crisis de finales de los 90 y la nueva vida del cómic en la región. Hace algunos años, por amable, salvaje y cuidada, la edición de Informe: Historieta argentina del siglo XXI representó en la Argentina una nueva idea y pulso vital: generó la no explotada posibilidad de una edición curada, con muchos nombres de creadores mostrando sus obras de forma individual, destacando a cada uno del heterogéneo enjambre, con un diseño que sin ser especial generaba una sensación distinta en el aire. Como una especie de secuela muy consciente de los pasos dados voluntaria e involuntariamente por su predecesor, ahora llega El Volcán. Un presente de la historieta latinoamericana. El título deja en claro algo que el libro hará su dogma: generar un panorama amplio de la historieta latina tomando como eje del big bang, representado por cuarenta y dos autores, la crisis de fines de los 90, es decir, la muerte de la industria editorial de cómics como la conocíamos (si es que el país de turno siquiera tenía una) y la consecuente nueva vida del medio en fanzines, festivales, modos virtuales y hasta en formas más cercanas a la ilustración. Esa amplitud fue seleccionada por José Sainz, ya editor de Informe y nombre elegido por algunos historietistas argentinos a la hora de la curaduría antes de la imprenta, y Alejandro Bidegaray, responsable de la librería Musaraña Libros, su consecuente editorial y varias muestras dedicadas a este mundo. Por un lado, El Volcán es expansiva y no tiene dudas al respecto: decide dar cuenta, entre historietas originales y otras ya publicadas previamente, de diferentes autores que marcan diferentes instantes y modelos (si es que lo son) en ese mencionado arco temporal. Va desde aquellos que adoran la factura cruda, más cercanos en el tiempo y su temas, a nombres plenamente confirmados en el panorama (editados, celebrados y que solo una visión muy virgen de la historieta podría ignorar; por ejemplo, Diego Parés, PowerPaola, Marco Tóxico, Max Cachimba, Frank Arbelo, Jesús Cossio o Truchafrita, entre otros). En ese sentido, hay momentos donde prima el descubrimiento y otros donde la brújula es un paseo de ruta, un “¿Quién es quién?” antes que un nervio osado. Entre ambos polos, El Volcán asoma como una oportunidad que mira más allá, que parece buscar ser faro antes que arrasar con todo a su paso. En su iluminación, su paseo por rincones y por estaciones ya confirmadas, El Volcán se erige como una prueba de fuego para las ganas de hacer de la historieta latina mucho más que un simple tic periodístico. Y allí es donde quema con mejor y más necesaria intensidad. En portada, Ingrid Bergman en fotograma coloreado de Stromboli, la película de 1950 dirigida por Roberto Rossellini.