La correspondencia entre el cielo y la tierra, escuchada en la desnuda música del viento que pasa bajo los arcos de los pies dorados de unas mujeres que caminan descalzas en la arena, responde a las convenciones del simbolismo. Pero su resolución, apuntada en la precisión del uso de las palabras, que redunda en claridad expositiva y emocional, remite en cambio a las enseñanzas del objetivismo norteamericano y argentino. Plantada creativamente entre ambas tendencias, en apariencia antagónicas, con el río y la playa como un activo telón de fondo donde se mueven insectos, pájaros, peces y plantas, Sonia Scarabelli retoma una tradición que se remonta a Juan L. Ortiz, y con percepción y sensibilidad parejas en lo alto, y una construcción estilística excepcional, la proyecta en una dirección renovada. Primer premio Concurso Municipal de Poesía Felipe Aldana 2003. Jurado: Diana Bellesi, Hugo Diz y Edgardo Dobry.