El Museo de la Ciudad y la Escuela Superior de Museología de Rosario son los depositarios de la colección de negativos fotográficos atribuidos a Joaquín Chiavazza (1892-1976) y Blas Persia (1910-1962), que contiene aproximadamente 1.300 placas de vidrio de 9 x 12 cm y 18.500 películas de acetato de celulosa de diferentes tamaños y que abarca más de cinco décadas de historia urbana y social de Rosario. Desde hace años, la colección viene siendo objeto de restauración, inventario, digitalización y positivado por parte de los equipos de trabajo de ambas instituciones y de un grupo de docentes del área de fotografía de la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto. Toda esa labor antecede y hace posible la edición de este libro, cuya selección se hizo sobre unas dos mil copias digitales de fotografías correspondientes al último período profesional de Chiavazza y Persia, entre 1950 y 1964, cuando fueron reporteros gráficos del diario La Tribuna. El motivo general de la fotografía de Chiavazza y Persia, la vida social de Rosario a mediados del siglo XX, abarca los hechos particulares de casi todas las categorías. Con sus vistas de los distintos sectores de la ciudad, perspectivas de calles y avenidas, registros de obras públicas, instantáneas de la actividad industrial y comercial, escenas del trabajo, la política, la cultura y el deporte, Chiavazza y Persia se colocan al final de la tradición documental inaugurada en la década de 1860 por los fotógrafos viajeros, como el alemán George Alfeld, y continuada por la primera generación de fotógrafos argentinos, como los hermanos Santiago y Vicente Pusso que registraron, desde un punto de vista ilustrado, la vida pública y el desarrollo económico de la ciudad entre 1890 y 1910. En relación a la práctica de sus precursores positivistas, los reporteros gráficos de La Tribuna produjeron un giro periodístico hacia una imagen de carácter más popular.